Evaristo, de cinco años, y Denise, de dos, son los pequeños dueños de este ambiente colorido ubicado en barrio Norte. El playroom fue pensado para ellos, así que además de sus juguetes tiene los DVD de sus películas preferidas. "Desde un comienzo pensamos en la funcionalidad y la flexibilidad con espacios de guardado para distintos tipos de juguetes", contaron las arquitectas que diseñaron este espacio, Cecilia Longo y Ana Lía Hurtado.

Además de cubos con ruedas y cajones, hay estantes para la TV y los video juegos. También una mesa pequeña con sillitas de colores. Los tonos verde y azul lo convierten en un sitio unisex. La dueña de casa cuenta que los amigos de su hijo lo disfrutan un montón. Además, le permite a los chicos jugar en un espacio diferente al living comedor. Por lo tanto, se puede mantener el resto de la casa ordenada.

"Nos pareció muy práctico y cómodo que ellos tuvieran un espacio para jugar que no sea su habitación. Ahí ven la tele y comparten un momento entre los dos", comenta la propietaria.

Otra de las cosas que se tuvo en cuenta al momento de diseñar es que se puedan trasladar los muebles. "Ellos se van a ir a otra casa, entonces, era fundamental que todo se pueda desarmar y volver a ensamblar en otro sitio", comentaron las arquitectas. El material que utilizaron es madera con laca poliuretánica de colores.

La idea del playroom -explican- es que cuando los chicos crezcan pueda convertirse en cuarto de estudio, por ejemplo. "Muchas veces ya dejamos prevista la altura de escritorio para agregarle una tapa cuando se necesite". Hasta los colores se pueden cambiar, ya que los muebles se pueden volver al laquear de otro tono.

Por el momento todavía disfrutan este espacio como una sala de juegos. Y no son los únicos. Según los diseñadores, cada vez más padres piden crear un lugar especial dentro de la casa para que los chicos no se aburran en una época en la que ya no es tan común salir a la calle a divertirse, como consecuencia de la inseguridad.

Los jueves de Play son sagrados y no vale mirar el celular

La primera regla es que todos los que llegan deben dejar sobre la mesa ratona el celular y olvidarse de que existe por un par de horas. La cita impostergable es los jueves por la noche. Arranca cerca de las 21 y puede terminar a las cinco de la mañana cuentan Gonzalo Urueña, el dueño de casa, Álvaro Pagani, Ítalo Cardinale y Rafael Olea. Este rito entre amigos se despliega frente a la Play 3 y a un plasma de 70 pulgadas. ¿Los juegos? El Fifa 2014, el PES 2014 y el Batman Arkham Asylum 3D. 

"Por lo general nos dividimos en dos equipos para competir. El equipo que pierde paga esa noche la comida", explican. A veces son tacos, también puede ser sushi o una picada. Por supuesto que en el medio hay cargadas y discusiones cada vez que una jugada desata la polémica. 

¿Este tipo de reunión ya reemplazó el picadito futbolero de los viernes? "No, para nada", explican los chicos. El deporte es irremplazable, al igual que el tercer tiempo. La diferencia -explican- es que para el fútbol se puede convocar a cualquiera. Es válido invitar al amigo del amigo con tal de completar el equipo. En cambio, los jueves de play es solo para el grupo íntimo y de confianza. 

La sala de estar del departamento está totalmente ambientado como playroom. Un solo sillón de tres cuerpos, una mesa ratona, la TV, la Play y los CD con juegos. Unas cortinas oscuras frenan la luz que entra por los ventanales; eso, en caso que el amanecer los encuentre en mitad de un duelo que exige una definición. La regla del celular -cuentan- se estableció porque si eran cinco o más dejaban de hablar por estar chateando o viendo algo en el celular. ¿Qué es lo que nunca puede faltar? "Las cervezas y la comida. Si es más temprano, los jugos, el café y hasta la leche chocolatada". 

Ellos se suman a un fenómeno cada vez mas frecuente: adultos que se juntan a "jugar". Y que para ello destinan un espacio de su casa. La mayoría prefiere poner un smartTV y videojuegos. También están los que agregan en la playroom un metegol, una mesa de pool y hasta barra de tragos.

Las ocho cosas que no le pueden faltar a un playroom

Sillón cómodo
Un buen sofá es el centro de un cuarto de juegos que se precie. Para jugar a la Play y para ver pelis. 

Mesa de pool 
Los de la vieja escuela podrían reemplazarlo por una mesa de villar. Las dos sirven por igual. 

Playstation 
Las consolas de videojuego no pueden faltar en un playroom moderno. Se viene la PS4.

Un frigobar 
Y sí, quién quiere levantarse a buscar algo para picar o tomar si lo puede tener a la mano... 

Metegol 
El juego favorito de los argentinos tiene un lugar especial. Y más si encontrás el de marca Mundialito. 

Puff 
Son los asientos más holgazanes que se puedan encontrar, entonces quedan de maravillas. 

Los dardos 
Ocupan poco espacio y son un gran entretenimiento que despierta pasión entre los jugadores.

Home cinema 
Nada de lo anterior vale sin una buena pantalla o proyector y un equipo de sonido que esté a la altura.